La creciente industria de los videojuegos ha logrado conquistar muchos aparatos electrónicos y plataformas a lo largo del tiempo: desde los teléfonos celulares hasta las consolas y los computadores dedicados. Han pasado de ser espacios esporádicos de dispersión y diversión a formar parte de nuestra cotidianeidad y nuestra cultura. Según la revista Portafolio (González, 2017), en Colombia, de los casi 50 millones de habitantes, 16 millones juegan videojuegos. De éstos, el 80% son económicamente activos en esta industria, logrando que en 2016 este sector generara más de $792 000 millones de pesos.
Dado que el mercado de los videojuegos en Colombia está en constante crecimiento, los eventos en torno a esta temática son cada vez más concurridos y recaudan mayores ingresos.
A pesar de este crecimiento los eventos a nivel nacional para los videojuegos se encuentran en un ciclo repetitivo en donde cada año se ven las mismas intervenciones: un televisor junto a una consola para jugar. Si bien este tipo de intervenciones convocan efectivamente a los video jugadores adeptos, es crucial proponer una nueva forma de desarrollar su promoción, planteando una nueva táctica enfocada en la experiencia inmersiva en un espacio real y dinámico, diferenciando de forma eficiente a las empresas que quieran promocionar sus productos de videojuegos y consolidando un acervo de nuevos clientes potenciales.
Aprovechando esta oportunidad de negocio se busca implementar un método novedoso para promocionar y vender videojuegos.