Descrição
A nosotros los cristianos, esto nos plantea importantes preguntas: ¿Cuál debería ser nuestra actitud frente a los conflictos que nos afectan personalmente o a los que vemos alrededor nuestro? ¿Tendríamos que tomar partido o deberíamos siempre permanecer neutrales?
Digamos de partida que no se trata aquí de la cuestión de usar o no la violencia en la solución de los conflictos.
Por ejemplo: la gente de Irlanda del Norte puede desear ardientemente una Irlanda unificada, o sustentar la permanencia de una unión con Gran Bretaña -o sea, puede tomar partido- junto con rechazar el empleo de la violencia para alcanzar su objetivo.
En este documento no estamos discutiendo si hay o no ocasiones en las que puede justificarse el recurso a la violencia en la búsqueda de la justicia. En países como El Salvador, Guatemala y África del Sur, es a menudo casi imposible separar la cuestión de tomar partido y la cuestión de la violencia. Pero éstos son, sin embargo, dos problemas distintos y deben ser considerados separadamente a la luz del Evangelio.
Para muchos de nosotros, es obvio que hay conflictos que nos exigen una definición.