Descripción
El propósito de este trabajo es fundamentar una política justa para las mujeres, desde la perspectiva feminista, emancipatoria y corporalizada. Acogiendo las formulaciones de Nancy Fraser, Iris Marion Young y Martha Nussbaum respecto al "qué" y el "quién" de la justicia, mediante la revisión crítica de los enfoques de política para las mujeres en el ámbito nacional e internacional de los últimos 40 años, y al tenor de la prioridad de la agenda 2030 de las Naciones Unidas( la igualdad) , defino como línea central de la política pública la potenciación de las mujeres, consideradas en su diversidad de situaciones y condiciones, como seres de igual valor, de igual capacidad, merecedoras de la misma calidad de escucha que otros colectivos sociales. Más allá de la igualdad y equidad de género, como hemos demandado las organizaciones y corrientes feministas emancipatorias, se requieren garantías para la autonomía de las mujeres, como fundamento del ejercicio de una ciudadanía emancipatoria y corporalizada. Cuarenta años de políticas públicas para las mujeres, centradas en una visión culturalista de género, han demostrado que sin transformar el orden sociosexual que es heteropatriarcal, capitalista, colonialista y neoliberal, es imposible alcanzar la igualdad, pese a los avances en algunos aspectos de la vida de las mujeres y a las grandes conquistas en materia de igualdad formal. Propongo realizar seguimiento a los compromisos gubernamentales con base en tres tipos de indicadores: el Índice de reducción de la desigualdad -CRI, el Índice de Intensidad del heteropatriarcado y el Índice de compromiso con las políticas públicas para las mujeres víctimas. Atendiendo los requerimientos impuestos por el marco postwesfaliano y su ordenamiento trasnacional neoliberal, a los retos antiandrocéntricos, antineoliberales, y en demanda de la igualdad, Fraser, Young, Nussbaum y las corrientes feministas emancipatorias hemos enriquecido el concepto de la justicia.