Descripción
La población más vulnerable y afectada por el conflicto armado son los
campesinos que no solo sufrieron de desplazamientos forzados y despojos de sus
tierras, sino que fueron víctimas colaterales de un conflicto que les llegó a las
puertas de sus hogares, en los predios donde cultivaban y de los cuales vivían. Las
mujeres rurales son, además, blanco de otro tipo de violencias generadas por las
inequidades históricas que han tenido que afrontar y que, en época de guerra, se
acentúan. Los derechos de las propiedades y el reconocimiento de la tierra, por
tanto, se les adjudican a los hombres incluso cuando las labores del campo son
repartidas en igual proporción.
Todo radica en la concepción de roles de género que se han construido
socialmente, la mujer, por su condición, es vista como ama de casa, a pesar de que
su contribución en la agricultura es de mucha importancia, esta última se atribuye a
la pareja de la mujer y es por esto por lo que, generalmente, es él quien radica como
poseedor de las tierras. (León, 2011) A partir de esto es necesario entender la
exclusión social, económica, política y de género que rodea a la mujer en la
cotidianidad de las zonas rurales y las consecuencias que trajo el conflicto armado.