En el siglo XX y lo que va del XXI la técnica ha tomado un altísimo valor en la vida del hombre. Las ciencias médicas, la ingeniería biomédica y la creciente industria alrededor de la muerte han denostado el valor ético de la muerte y del sujeto que ha muerto. Desde otra orilla, Vladimir Jankélévitch (1903-1985), en su permanente meditación sobre la muerte, nos ofrece un acto de resistencia que nos invita a desmedicalizar este acontecimiento y a entenderlo en su verdadera dimensión ética y seria, esto es, concernida. Vladimir Jankélévitch escribe con pudor, sitúa a la muerte como un asunto verdaderamente serio, y habla con pudor de aquello que hoy no queremos hablar en medio de la supuesta sociedad del bienestar y el confort, un pudor entendido como gesto de rebeldía contra el escándalo del aniquilamiento. Este trabajo se centra en el estudio de su obra La muerte (1966).