Es normal para cualquier colombiano encontrarse continuamente con imágenes religiosas, hay numerosas tiendas al lado de las iglesias comercializándolas, los buseteros las tienen en la parte frontal de sus vehículos, los otros conductores en las puertas traseras, muchos de ellos cuelgan rosarios en los espejos retrovisores y para no ir más lejos los sicarios paisas veneran a la advocación de la Virgen del Carmen como su protectora a la hora de ir a matar. El culto católico es algo bien arraigado a la cultura colombiana gracias, en gran parte, y casi exclusivamente a la conquista española y el proceso de evangelización llevado a cabo por ésta durante la colonia. Es así como surge la pregunta de qué clase de poder sostiene el imaginario religioso, entre sus componentes a resaltar la imagen religiosa y el milagro.