La presente investigación,desde la comprensión del cuerpo como territorio de paz y la perspectiva de género, indaga sobre las vivencias de violencia de niños y niñas en los contextos familiar y escolar. El ejercicio investigativo se desarrolla en el marco de la
Maestría en Educación de la Pontificia Universidad Javeriana. Se llevó a cabo en el colegio Ofelia Uribe de Acosta del sur de Bogotá, localidad de Usme,con estudiantes de primaria cuyas edades están entre 8 y 11 años, visibilizando las múltiples violencias que atraviesan y marcan sus vidas y cuerpos. Emplea, entre otros instrumentos, las cartografías corporales
para reconocer el cuerpo como territorio de violencias y también para paulatinamente resignificarlo como territorio de paz. Resignificar el cuerpo como territorio de paz implica para la escuela varios retos en su quehacer pedagógico: vivenciar prácticas para la convivencia democrática, tomar como punto de partida el autocuidado y el cuidado del otro/a, reconocer la diversidad, aprender a tramitar los conflictos de modos no violentos e integrar la perspectiva de género a los procesos curriculares. Implica también un trabajo encaminado a “desviolentizar” las relaciones escolares y familiares desarmando la palabra
y recuperando la experiencia sensitiva y emocional en las prácticas pedagógicas, así como vincular el cuerpo territorio de paz como objeto de conocimiento.