Descripción
Este artículo protesta contra la tesis que la filosofía es en sí mismauniversal, porque con frecuencia se remite de un modo ambiguomás a una universalidad entendida como dominación culturalque a una universalidad propiamente filosófica que incluya otrosmodos de lenguaje y pensamiento en el compromiso por unabúsqueda universal de la verdad. Hace énfasis en que se necesitades-occidentalizar el foro filosófico, e ilustra cómo la escuela deKyoto ha afrontado seriamente el desafío encarando, entre otros,los problemas del lenguaje, la complejidad de la traducción y lostradicionales límites occidentales entre filosofía y religión