A partir de la concepción de ética como "apuntamiento a la vida buena" con y para el otro dentro de instituciones justas y del concepto de crisis en sus entido de momento decisivo que plantea el reto de decidir sobre la base del discernimiento, el autor afirma que la crisis ética que vive Colombia se presenta como crisis de la identidad, de la conciencia moral y del relacionamiento intersubjetivo.