Esta investigación, centrada en Colombia, hace un estudio sobre la función social del
gusto en cuanto al vestuario y la forma en que este opera, con el fin de entender su
papel dentro exclusión social en términos visuales. El vestuario es un lenguaje, por lo
tanto utiliza códigos convenidos lo que quiere decir que es susceptible al cambio,
pero precisamente por esto funciona de manera efectiva como mecanismo de
exclusión entre grupos, porque para pertenecer a uno de estos se debe conocer el
lenguaje particular del mismo. No existe entonces un buen gusto, existen muchos, y
que aunque es un mecanismo efectivo de división social, no tiene un fundamento
coherente. Los grupos que gozan de poder económico y simbólico en Colombia, las
élites, se han visto permeadas por los mismos grupos que pretendían excluir, y así
mismo estos grupos se han visto influenciados por las élites.
La investigación estuvo acompañada de un proceso visual, durante el cual se
desarrollaron una piezas que se nutrían de los resultados de la investigación. Las
piezas y el montaje de las mismas, buscaban aludir a todos los gustos que fueran
posibles, y generar una incomodidad en muchos visitantes con gustos distinntos: el
espectador se sentía a traído a estas, pero a su vez, estas no eran de su gusto. Se
creaba entonces una tención entre el me gusta pero me molesta, y entre el “lo odio, 9
pero lo quiero ver de cerca”.