El conocimiento como asombro es frecuente hoy en día, dentro del panorama de la investigación comunicacional hallarse con la discusión sobre la pertinencia, formas y límites de las relaciones disciplinarias. Para algunos sería poco riguroso el hablar de vínculos a grosso modo puesto que esto significa una homogeneidad que afortunadamente, en nuestro parecer, no se da en las disciplinas y que sin embargo a veces es la nostalgia de algunos que desearían tener respuestas y aproximaciones lo más precisas posibles a los problemas tradicionales de las denominadas ciencias sociales. Un recorrido por la historia de las construcciones teóricas, de las búsquedas metodológicas o de las opciones epistemológicas de cualquier disciplina, lo que nos ofrece es una percepción de inseguridades, momentos de definición, replanteamientos, aparición de nuevas preguntas y de caminos inéditos para el estudio de problemas permanentes. No quisiéramos, sin embargo, generar una imagen de un relativismo absoluto y en cierta medida caótico; las diferentes ciencias también tienen una historia que se ha ido construyendo progresivamente, una tradición propia hecha a partir de resultados que han servido como base y fundamento de elaboraciones posteriores.