Descripción
El tratamiento del tema de la esperanza, casi exclusivo de Pablo en el Nuevo Testamento, no se refiere a una virtud autónoma, sino que constituye un componente esencial e inseparable de la fe y el amor, de un todo que se llama el Evangelio, cuya realidad histórica constatable y concreta es la existencia cristiana dentro de la comunidad. Esto significa que la esperanza es un don, esto es, el Resucitado dándose en nosotros mismos por su Espíritu, que nos hace capaces desuperar con paciencia toda resistencia al amor permanente e incondicional de unos con otros dentro de la comunidad cristiana y nos asegura la vida sin fin con Cristo.