Atendiendo a recientes discusiones sobre las ruinas modernas, este artículo propone que el arte contemporáneo ofrece vías para mirar y relatar estos monumentos truncos sin neutralizarlos como patrimonios nostálgicos ni reducirlos a meras imágenes desprovistas de sus heterogéneas historias. Tomando como caso de estudio El Helicoide —un audaz centro comercial convertido en sede policial— analizo tres instalaciones que capturan el potencial productivo de las ruinas para mostrar el “andamiaje ideológico” (Boym) de la arquitectura y ensayar nuevas formas monumentales (Rancière).