Descripción
Hace más de una década, con la caída del comunismo, el capitalismo se convirtió en la ideología económica predominante. Los resultados producidos en los últimos años a causa del capitalismo global son desalentadores desde la perspectiva socio ambiental y cultural: mercados desarrollados sobresaturados, una diferencia mucho más marcada entre pobres y ricos y crecientes niveles de degradación ambiental encabezan la lista de consecuencias.
Sumado a lo anterior, para nadie es un secreto que el planeta lleva años padeciendo una crisis ecológica consecuencia de un sistema de producción y comercialización basado en el consumo de los recursos naturales, generación de residuos y uso de contaminantes que repercuten enormemente en el medio ambiente, así como en su ciclo natural de auto regenerarse. Todo lo anterior influye negativamente, de forma directa o indirecta sobre el planeta, el bienestar, la calidad de vida y la salud de la población.
El agente social responsable en mayor parte del crecimiento económico y el desarrollo de la humanidad ha sido la empresa. Por esta misma razón la sociedad en el ámbito mundial ha empezado a ejercer presión para que se presente un proceso continuo de mejora en su comportamiento ambiental.
El propósito principal de este trabajo es generar conciencia, luego, demostrar cómo hay empresas que son ejemplo de sostenibilidad y éxito gracias a sus lineamientos ecológicos y estrategias de responsabilidad social empresarial acompañado de los resultados positivos tanto en cifras como en posicionamiento y recordación de marca. Al igual que demostrar el uso desmedido del greenwashing en algunos casos reales, tanto nacionales como internacionales, por parte de empresas y corporaciones que incumplen con los lineamientos medioambientales en sus productos.
Más allá de querer “vender” un modelo estratégico de responsabilidad empresarial y marketing que transforme a las empresas en entes que aportan al medio ambiente, el propósito es cuestionar si el consumo de ciertas marcas realmente vale la pena. Lo anterior, teniendo en cuenta que existen alternativas de productos cuyos procesos de producción van de la mano con el medio ambiente; productos sostenibles y ecológicos que no solo le aportan al medio ambiente sino que entran a competir como cualquier otro, por su calidad.