Cada vez se hace más evidente que la complejidad creciente del quehacer profesional del cirujano plantea nuevos problemas que atentan contra el ejercicio ético de la especialidad; conflictos que aparecen en un momento histórico cuando las finalidades y los límites del cuidado médico se han desdibujado, y la concepción de la medicina en la sociedad ha cambiado radicalmente.