Descripción
El texto interrelaciona las prácticas médicas de medición de cuerpos y las mediciones topográficas y geodésicas de ingenieros en México, en el siglo XIX. En una época productora de medidas, sus historias convergen: cuerpo y territorio se convierten en objetos de conocimiento y de control, ambos superficies cuya geometría habla del espacio nacional. Para medirlos, médicos e ingenieros usaban instrumentos que, por sus características, se desplazaban (de América a Europa o dentro del país) para producir mediciones objetivas, intercambiables y estandarizadas. Pero, las medidas resultan de la interrelación entre el que mide, el instrumento y lo medido, de modo que aún cuando sus usos estaban normados y estandarizados, generaban valores situados y locales, respondiendo a las exigencias políticas de su tiempo. En este caso, medir cuerpos implicaba dimensionar las razas y el género; medir territorios equivalía a deslindar propiedades comunales y crear propiedades privadas. En las medidas, encuentro encarnadas prácticas epistémicas que suponen valoración y perspectiva.