Una posición determinada frente a las implicaciones de la educación religiosa pluralista deberá examinar el objetivo de la educación en general y de la religiosa en particular, en un mundo pluralista –como empieza a ser el colombiano–, si se respeta la exigencia del ordenamiento jurídico de Colombia y de otros países, de educar desde, en y para la libertad religiosa. La acuciosa estima de las dimensiones de lo sensible frente al hecho religioso y por tanto del lenguaje simbólico para nuestro país y para América Latina, que se mueven todavía entre modernidad y posmodernidad, concederá o restará pertinencia al discurso que la manifiesta.