Traigo el tema del catecumenado, porque todos sabemos que para las primeras comunidades el catecumenado era un camino de iniciación cristiana, un itinerario para los paganos o de otra religión que querían hacerse cristianos. El catecumenado desaparece de la Iglesia en el siglo IV cuando el catolicismo pasa a ser la religión oficial del Imperio. Entonces es cuando se va desvirtuando el compromiso cristiano y ya todos entran a formar parte de la Iglesia por conveniencia personales, políticas, etc. Este trabajo une dos grandes temas, catecumenado y evangelización. Estos dos temas los abordo a lo largo de mi trabajo desde la dimensión festiva. La alegría es lo que viene a permear tanto al catecumenado como a la nueva evangelización. ¿Qué me motivó? Me motivaron dos cosas: Primero, el crecimiento constante que experimenta el Camino Neocatecumenal en todo el mundo. Son comunidades de cristianos bien formados en la fe que han redescubierto su bautismo y son conscientes de su deber como cristianos y del testimonio que deben dar ante la sociedad. Entonces, estudiando las razones del crecimiento y la acogida de este movimiento llegué a la conclusión de que lo novedoso de estas comunidades es la belleza de la liturgia y la celebración comunitaria, el ágape, la fraterna alegría. De ahí que me atrevo a proponer el catecumenado para la nueva evangelización desde la dimensión festiva. Aunque ya vaticano ii invitó a toda la iglesia a restaurar el catecumenado.