Cuando en 1784 el arquitecto revolucionario, Boullée, diseña un cenotafio para conmemorar a Newton, hizo visibles en él temas que Hegel en un pasaje de la Fenomenología del Espíritu titulado “La libertad absoluta y el terror”, discutiría: la relación entre la libertad absoluta, el terror y lo sublime. Concebido como una gran máquina para la producción del sentimiento sublime, el cenotafio se sitúa más allá de cualquier posibilidad de representación y de individualización. Asimismo, la Revolución Francesa, para Hegel, será la disolución en el Terror de una libertad que se ha tornado absoluta. Incapaz de aceptar la representación del poder y su individualización se abandona a la muerte como única obra que no traiciona su absoluta libertad. El objetivo del ensayo es mostrar, en paralelo, la anticipación artística y la conceptualización filosófica hegeliana, como indicación de la futura naturaleza del espacio, del vacío y de la representación (política) que aún hoy nos acompaña.