En la actualidad el país no cuenta con un instrumento de gestión ambiental quepermita estimar la huella ecológica provocada por las actividades agropecuariasde los minifundios, lo que restringe la formulación de políticas públicas locales dedesarrollo agropecuario. En 2014, se midió la huella ecológica de 27 minifundios en lavereda Pasquilla de Bogotá, Cundinamarca, Colombia. La información provino de losproductores y fue complementada con revisiones secundarias de las publicacionesdel sector agropecuario. En hectáreas globales, la huella ecológica per cápitacoincidió con una cifra de 1,89, valor que fue desagregado en 0,67 para el cultivode la papa (Solanum tuberosum); 0,22 para el manejo del pasto kikuyo (Pennisetumclandestinum); 0,37 para los bosques, y 0,38 para el consumo de energía eléctrica. Ensuma, el balance ecológico mostró un déficit de 0,59 hectáreas globales.