Las obras musicales que hacen parte de este análisis parecen estar habitadas por la palabra y sus ecos volátiles, geometría artística y simbólica que se propone el estrato poético, sonidos que han sido codificados en voces con ademanes de sentido, el sentido que buscamos al nombrar algo, o al ser nombrados por la otra parte desconocida en el intento de descifrarnos, de reconocer algo, invocando o evocando lo que posiblemente se manifiesta en esa sutil textura cuasi metálica, sonoridades hilvanadas de rostros, estatuas sonoras de principio a fin circulando.