Descripción
Reflexionamos en torno a la pregunta: ¿de dónde viene el mal? La búsqueda de una respuesta a dicha
pregunta nos pone en diálogo con tres filósofos modernos Leibniz, Voltaire y Rousseau quienes nos
presentan tres perspectivas sobre el mal: la perspectiva optimista, la crítica y la dialéctica.
La primera está resumida en la afirmación: “este mundo es el mejor de los mundos posibles”; la cual
nos hace entender que el mundo con el mal y sufrimiento es el mejor de los mundos posibles. Ahora
bien, la comprensión de esta afirmación está íntimamente vinculada a la visión leibniziana del mal,
es decir, algo que no tiene una causa eficiente sino una deficiente; pues es la negación o la carencia
del bien. La carencia del bien o del ser se entiende en relación con los tres tipos de males identificado
por Leibniz en la Teodicea: mal metafísico, mal físico y mal moral teniendo en cuenta que el mal
metafísico es la condición de posibilidad de los demás.
Voltaire, en el Poema sobre el desastre de Lisboa y la novela Cándido critica de una manera muy
cruda esta visión optimista de la creación invitándonos a reconocer que el mal está en la tierra y su
principio nos queda desconocido. Sin embargo, podemos transformar este mundo por el trabajo
apasionado y la conmiseración ante el dolor y sufrimiento humano.
La perspectiva dialéctica de Rousseau nos invita a mirar las consecuencias nefastas de la civilización
buscando la armonía de las cosas de la tierra.