Descripción
El viaje de una maleta es una propuesta creativa y editorial cuyo resultado ha sido el de un libro-objeto que desenvuelve su narrativa desde la naturaleza misma del objeto maleta-libro que es, en las diferentes dimensiones de su ser cosa: como mera cosa, como útil y como obra, y de esa manera exige una lectura en estas tres dimensiones, una lectura corporal y sensible.
En esta maleta he vertido insumos diversos, datos históricos, elementos biográficos e información que me era desconocida, y a partir de allí he narrado, desde los objetos, desde cada una de las prendas y objetos de ese equipaje, una historia, o dos: la de Hans de Jong, dueño original de la maleta que tenía como destino acompañar a este joven holandés del siglo XIX en un viaje definitivo en su crecimiento a las lejanas Indias Orientales, exactamente a Batavia, actual Yakarta; pero el equipaje se extravía en otro barco, uno que se dirigía a la isla de Curacao, y allí permanece más de 50 años en las bodegas de la aduana de Willemstad, hasta que un bisabuelo de un narrador en primera persona, que lleva mi nombre y cuenta mi historia (también, en un momento fundamental de mi aprendizaje), cubierta, claro, por una fina de capa de ficción, la compra a cambio de una muestra del oro que pretendía vender en Europa. El barco naufraga y sólo queda para entregarle a la familia del comerciante esta maleta procedente de una compra a ciegas en la aduana de Willemstad, la cual, a juzgar por su contenido, no merece la atención de nadie en la familia durante décadas, hasta que yo la encuentro y decido reconstruir su historia.
De manera paralela, en un ensayo titulado Leer el mundo en sus objetos: algunas reflexiones en torno a las posibilidades materiales del libro-objeto, he trazado algunas conexiones estético-filosóficas que me han ayudado a sentar unas bases conceptuales y prácticas sobre las que abordar la creación de libros-objeto, como la que he puesto en marcha para este trabajo de grado. La creación de una “editorial de autor”, que representa la conclusión del proyecto, se sustenta desde las reflexiones de Heidegger en torno al origen de la obra de arte y a las distinciones que hace el filósofo sobre las cosas para intentar descifrarlo (meras cosas, útiles y obras); las ideas de Nietzsche con respecto a la infancia, procedentes de su alegoría de las transformaciones del espíritu, en Así habló Zaratustra, en diálogo con las de Gianni Rodari en su Gramática de la fantasía, que exponen las posibilidades lúdicas de la creación. De fondo, tanto la historia del narrador que se encuentra en un ático la maleta olvidada del joven Hans de Jong, como la del propio Hans, están marcadas por las pulsiones de las Bildungsroman: para Hans la maleta representa el mundo que deja, la infancia, Europa, y el mundo al que entra, las Indias, la adultez; y para mí, para el narrador, representa el equipaje estético del que me he armado a lo largo de mis años de estudio y de aprendizaje, y que de alguna manera servirá de hoja de ruta, de maleta, para mi propia exploración artística.