El presente trabajo es una investigación sobre dos industrias asociadas con la distracción, la alegría y la creatividad de niños, jóvenes y adultos. Aunque sus comienzos fueron difíciles por falta de recursos económicos y accidentes en sus instalaciones, sus creadores lucharon para crear juguetes de calidad e impulsar la creatividad y la imaginación de los niños con juguetes de madera. Una de ellas, LEGO, con el pasar de los años evolucionó e incorporó en su diseño, bloques de plástico y apoyado en las tecnologías modernas, involucró el cine, parques y diferentes posibilidades de mercadeo, hasta llegar a ser un emporio comercial reconocido por haberse implantado en la mente y el corazón de sus consumidores y ser la primera empresa de juguetes del Mundo. Aunque Juguetes Damme tuvo la misma posibilidad de progresar con base en la buena calidad de sus productos, se estancó y no supo aprovechar las oportunidades que hoy brindan la tecnología y en especial, el mercado virtual y la expansión de mercados. Como conclusión, LEGO es una empresa reconocida como Lovemark según la teoría de Roberts, gracias a la fidelización de sus consumidores que respondieron al esfuerzo de la empresa por ser motivante, creativa, innovadora y sobre todo, ofrecer alternativas de recreación e imaginación para todos. En cambio, Juguetes Damme, creadora de juguetes de madera de excelente calidad y diseño que también se posicionó en el corazón y la mente de sus consumidores, no pudo ser una Lovemark porque trabajó lejos de la tecnología moderna y sin criterios sobre expansión de mercados. Para complementar el trabajo, se creó un plan de acción tendiente a mejorar y proyectar a Juguetes Damme, en un intento por rescatarla del olvido y quizás, evitar su cierre definitivo.