Descripción
El presente trabajo tiene la pretensión de explorar la propuesta ontológica del filósofo Maurice Merleau-Ponty, denominada ontología de la reversibilidad, a la luz de la relación arte-filosofía, para lo cual resulta muy pertinente el trabajo plástico de la artista Lygia Clark. Le concedemos en este estudio un espacio importante al arte, porque éste le permite al filósofo salirse de la racionalidad o conceptualidad cartesiana, y proponer una de otro tipo. El arte integra elementos que son fundamentales para una propuesta ontológica como ésta, aún si han sido menospreciados o ignorados por la tradición filosófica, e incluso por ciertas tendencias del arte. Ahora bien, partiendo de la hipótesis de que todo arte representa una postura frente al mundo, encontramos que a partir de la crítica a la Perspectiva Planimétrica, basada en los ideales de la modernidad, es posible derivar otra crítica a la filosofía (cartesianismo) y al arte. Después de desplegar esta crítica es posible y preciso formular la propuesta ontológica de Merleau-Ponty, cuyas ideas centrales serán la reversibilidad (quiasmo), que a su vez implica su idea de carne, y que rompen con los modos dominantes de percepción, pero sobre todo, con la visión dualista. Finalmente, mostraremos la coincidencia que hay entre la ontología que desde la teoría realiza Merleau-Ponty con la que desde la plástica elabora Lygia Clark. La relación entre los autores es valida en tanto convergen en la crítica al racionalismo, mecanicismo y cientificismo. En tanto coinciden en el propósito de manifestar un ser reversible, total, no fragmentado. Esto, a su vez, los lleva distanciarse de la concepción de arte como mimesis, como un artificio, como algo separado del espacio del mundo, y en contraposición a darle una primacía al cuerpo, a la percepción y a la expresión.