Gregor Mendel, padre de la genética, fracasó en su intento por obtener la licenciatura que lo acreditara como profesor, pero su fracaso fue el origen de su posterior triunfo histórico. La fidelidad de Mendel hacia la defensa del preformismo fue la base de los experimentos en Pisum sativum. Su historia demuestra que la licencia no necesariamente certifica al verdadero maestro y que el buen maestro no requiere de licencia.