Descrição
Uno de los grandes problemas en América Latina es el de la tierra. Esta tierra ha sido y sigue siendo usurpada a los pueblos indígenas por grandes empresas cuyo único interés es el crecimiento económico. Esta lógica mercantilista no toma en cuenta que la tierra representa un espacio vivo y sagrado para los pueblos indígenas. Considerar a la tierra como lugar de la presencia divina, es una constatación presente también en las Sagradas Escrituras. La tierra no sólo es naturaleza sino creación y primer Don de Dios a la humanidad, en ella está presente y actúa el Espíritu de Dios. El compromiso por defender y cuidar la tierra de los indígenas, fue asumido por la Iglesia de América Latina y queda constancia de ella en los documentos de la Conferencia de Santo Domingo. Es necesario seguir tomando conciencia del despojo y mal uso que se hace de la tierra, y emprender una reflexión teológica desde América Latina, cuyo empeño espiritual debe ser el de amar, defender y cuidar la tierra. El pueblo aymara tiene en lo más profundo de su religiosidad, la sensibilidad y el deber de mantener y cuidar la divinidad de la tierra porque para ellos es sagrada, es Madre Tierra. El Espíritu de Dios habita esta Tierra y actúa en quienes la cuidan y defienden, como el pueblo aymara.