La eucaristía determinada y desarrollada desde su génesis con finalidad de poder resignificar en nuestro tiempo su vivencia, en términos más antropológicos y espirituales, con el fin de poder tener una celebración más palpable y profunda con la persona de Jesús, teniendo una relación íntima con él, a invitación de la doctora en mística Teresa de Jesús, que toma el cantar de los cantares para expresar ese amor del ser humano con la persona de Jesús, que debidamente se ha de expresar y manifestar
en las relaciones humanas que a diario el ser humano manifiesta, donde esa unión esponsal con Jesús que teresa propone, se ha de avocar en amor y justicia a las demás personas, como en las primitivas comunidades, teniendo como base una teología
relacional que impulsa ontológicamente al Otro/otro.