La investigación del presente trabajo de grado se desarrolla a partir de entender las formas en las que la composición y la improvisación representa distintas formas de aproximarse a la creación musical. En ese sentido, uno de los hallazgos más importantes de la investigación y que dio pie a las distintas reflexiones durante el proceso de componer la obra fue entender la manera en que la improvisación representa una forma de traer al sonido la propia experiencia personal a partir de la relación profunda con el instrumento; en esta relación es donde se halla unos de los retos del compositor ya que no solamente debe diseñar una experiencia musical coherente y significativa sino que surge la necesidad encontrar la manera en que los intérpretes interactúen con la creación de la obra y así traer sus propias voces dentro de los relatos que se proponen desde la composición. Este hallazgo llevó a la creación de una metodología de creación colectiva, en el cual tuve el placer de componer la obra con el acompañamiento de 10 músicos, compañeros(as) y amigos (as). Nos reunimos durante semanas a imaginar distintas formas de tocar en conjunto, a partir de ideas y procesos creativos propuestos por mí en el rol de compositor y experimentados a su vez en mi faceta como guitarrista e improvisador. A partir de esta experiencia, dentro del trabajo de investigación se proponen distintas formas integrar efectivamente estos dos universos de sentido que representan la improvisación y la composición, ahondado en la forma en que estas dos prácticas musicales constituyen distintas maneras de concebir la música y de experimentar su creación.
Este proceso de composición y creación colectiva dio como resultado una obra compuesta para 11 instrumentos y que contiene 5 movimientos:
I. Danza del silencio
II. Ritos etéreos
III. Fragmentos, cuadros y cronopios
IV. Plegaria
V. Instinto y festejo
La obra se expresa a través de una serie de partituras que cumplen el propósito de delimitar la obra y darle una forma final que, sin embargo, permite distintas interpretaciones. Es por esta razón que en la partitura existen algunas indicaciones y omisiones que tienen como fin dejar espacios de decisión por parte de los intérpretes, dando pie cada vez a distintas interpretaciones de la obra. Para mí, la partitura es una invitación a celebrar la música en vivo, es una excusa para reunirnos y hacer música, y también es un impulso que nos invita a distintas experiencias; las notaciones pretenden justamente generar estímulos para la improvisación, para interactuar con los demás músicos y por ende con el público que experimenta la música y cuya escucha da sentido a la obra terminada.