A pesar de no ser patrimonio exclusivo de la humanidad, la risa es una de las expresiones más auténticas y universales de la condición humana. Al igual que la espiritualidad o el arte, la capacidad de reír es una facultad que carece de utilidad aparente, pero que -podemos suponer- esta íntimamente ligada con la evolución de la especie en la medida que no ha desaparecido y es compartida por todas las culturas del planeta. La risa obedece al instinto y de ahí la fascinación que en mi genera. Jamás escogemos lo que nos va a causar risa - al menos no a un nivel consciente. Esto convierte a la risa en un herramienta comunicativa eficaz y misteriosa. La risa ejerce sobre nosotros una poderosa seducción que puede quebrantar prejuicios y bajar la guardia del pensamiento para abrir paso a nuevas ideas.