El 7 de febrero del 2003 el Club El Nogal de Bogotá fue víctima de un atentado terrorista producido por un carro bomba, ubicado al interior de las instalaciones del lugar produciendo la muerte de 36 personas y un aproximado de 200 heridos.Durante los años siguientes al atentado, las versiones sobre los hechos permitieron esclarecer qué había pasado y determinar qué factores habrían generado que se colocará el artefacto explosivo. Además, se empezaron a escuchar las voces de los testigos y de las víctimas directas con el fin de conocer su versión de lo sucedido.
Sin embargo algunas víctimas decidieron realizar su proceso de rememoración desde la narrativa oral o por medio de la memoria hegemónica pero otras, tomaron la decisión de rememorar en el seno de lo privado, desde el silencio o por medio de una memora disidente.