La justicia de Dios y la justicia humana no son nociones que se contrapongan en la literatura bíblica. Por el contrario, ellas convergen en sus finalidades últimas. La justicia divina en la Biblia se entiende como la imparcialidad con la que Dios juzga a los hombres y la justicia humana como la equidad entre los seres humanos de cualquier raza y condición. La imparcialidad de Dios se corresponde con la equidad humana, porque la imparcialidad con la cual Dios juzga y considera a los hombresequivale a afirmar la igualdad de condiciones de los seres humanos. Las nociones de imparcialidad y equidad, sin embargo, no significan de forma unívoca en los textos biblicos, y pueden ser interpretadas de muchas formas. En este artículo se muestra cómo convergen finalmente estas dos nociones en la Biblia.