El Centro de Empoderamiento y Reconciliación busca responder a una problemática social, en este caso la violencia, encontrada en el sector de Patio Bonito, por lo que nace de preguntas como: ¿cuáles son los espacios adecuados para responder a una problemática de violencia?, ¿la arquitectura es capaz de contribuir a la resolución de problemas sociales? El reto del proyecto es articular un problema social con la arquitectura, lo que implica una comprensión del territorio y un diseño arquitectónico que contribuya a la solución de problemáticas sociales.
En respuesta a lo anterior, el Centro de Empoderamiento y Reconciliación visibiliza y atiende a víctimas de violencia con una arquitectura inclusiva que ofrece espacios flexibles de sanación, reparación y reconciliación. Además de la oferta de espacios, los planteamientos urbanos y arquitectónicos propuestos aumentan la oferta de actividades en el sector con el objetivo de contribuir a un mejor uso del tiempo libre de niños y jóvenes y crear espacios de emprendimiento que ayuden a romper el ciclo de pobreza. Se espera que el equipamiento funcione como un espacio de encuentro y cohesión social que ayude a reducir los índices de violencia.