Cuando Rosa von Praunheim presentó en 1970 su primera película No es perverso ser homosexual, perverso es el contexto, con la cual llevó de manera vehemente el tema de la homosexualidad a la discusión pública, Alemania apenas había iniciado tímidamente el discurso de la tolerancia gracias a la liberalization del párrafo 175 de su código penal, acaecida el año precedente con el fin de descriminalizar las relaciones homosexuales por mutuo consentimiento entre adultos.