Cuando han caído las viejas certezas de la cultura de las humanidades (las de la ciudadanía cultural, las del poder igualador de la educación popular, las de la integración republicana a través del voto universal) y cuando los estudios de la cultura se extravían entre nociones teóricas excesivamente abstractas y deslocalizantes, se hace necesario revisar algunos recorridos latinoamericanos que transgredieron las fronteras que se alzaban entre la ciencia, la crítica cultural y la literatura. Tal vez la etnografía ofrezca una clave interpretativa de interés para pensar la relación que existe entre las humanidades y los estudios de la cultura desde la segunda mitad del siglo XX.