La novela de Teresa Dovalpage Posesas de La Habana (2004), constituye una pieza representativa de su obra, por cuanto exhibe el surgimiento en la nación cubana de un nuevo imaginario post-soviético. Luego de revisar las superposiciones e identificaciones entre el cuerpo nacional, la historia y las cuatro mujeres protagonistas del relato, el argumento principal del artículo se concentra en demostrar la tesis de que a través del habla vulgar de Beiya –la menor de las cuatro cubanas– se facilita tanto nuestra asistencia a la constatación de los valores desmoronados de esta nueva Cuba, como a una exposición del papel que las mujeres juegan en ella. El manejo de ese vocabulario deformado al interior del espacio doméstico será la piedra de toque que devele una nación invisible en los medios de difusión y la prensa al servicio del poder estatal.