Descripción
Hace tres años decidí ir a probar el seviche peruano, empaqué mis maletas, me monté en un pulman de los que van al sur y en ocho días estuve allá. Al principio el viaje fue muy divertido como todas las vacaciones, conocí lugares hermosos, parajes con cascadas y arco iris y gente muy diferente, pero un día me aventuré a huir en camión con un joven errante y me separé de mi grupo. Desde entonces todo cambió, ya estaba sola, cambié mi forma de vestir, mi forma de actuar, nadie me conocía, ni sabían de donde venía, ni a que clase social pertenecía, así que podía entrar a donde fuera y actuar sin temer señalamientos, como si de un momento a otro hubiera cambiado de piel y fuera otra persona.