Este trabajo está enfocado no en el trauma o el dolor de las víctimas, propios de los escenarios de conflicto, sino en los procesos de reconciliación, soportada en la sanación personal, fruto de una espiritualidad que favorece la construcción de paz y la restauración del tejido social. Son las voces interiores de las mujeres Tejedoras de Vida del Putumayo las que impulsan al ser humano a trascender las geografías de la violencia para reconstruir unas nuevas en donde se recupere la confianza. Las mujeres Tejedoras en medio de las estrategias concretas como los Murales, deciden encontrarse para restaurar su vida y sanar, logrando así un proceso de restauración personal. Los Murales de Memoria, como lo afirman las mujeres, no son solo una acción concreta para visibilizar a las mujeres víctimas, sino un relato, una vivencia, unas experiencias de vida. Son un corazón palpitante que reúne historias, vivencias y creencias no solo individuales, sino también colectivas, en donde encuentran una experiencia sanadora soportada en la espiritualidad.