La parábola de Jesús el Buen Samaritano, uno de los pasajes bíblicos más conocidos ha sido no solamente una enseñanza en la fe cristiana de la misericordia y el amor al prójimo, sino que también ha sido visto como un referente moral que lleva a una reflexión sobre la caridad, la solidaridad y el respeto por la dignidad de la persona en toda su integridad, independientemente de las ideologías religiosas. El prójimo que Jesús enseña a reconocer en la parábola, es evidenciado en los pacientes psiquiátricos que ya por su condición de enfermedad mental llegan desorientados, se ven sometidos también al rechazo social, al aislamiento y muchas veces marginados y abandonados por sus familias. Es en ese contexto donde la pastoral de la salud tiene una misión clave en la recuperación y orientación de los pacientes a través del acompañamiento espiritual que les ofrece herramientas para fortalecer su autoestima, sus relaciones interpersonales y su relación con Dios.