El objetivo del artículo es señalar algunos aportes que diversas teorías de la memoria colectiva pueden hacer al análisis político. Primero se desarrollan algunas características de la memoria colectiva. Después se usan esos recursos teóricos para abordar algunos fenómenos que se producen en el campo político. Por último, se tratan los temas del trauma social y de la necesidad de la instauración de un pacto instituyente de la sociedad. Se muestra cómo la fractura de lo social descansa en la inevitabilidad de que las dinámicas identitarias produzcan permanentemente “Otros” en la búsqueda de un solo sentido que agrupe a un “Nosotros” poderoso. Y se señala el papel de los diferentes tipos de lenguaje para que los intereses se diriman y los valores se promocionen, preparando así el advenimiento de un nuevo ciclo de interpretaciones y disputas para “redactar” un nuevo pacto constituyente.