Este artículo explora la construcción de una identidad académica activista como un tercer espacio crítico-reflexivo. Un tercer espacio resulta clave para reimaginar una identidad académica activista más allá de una relación asimétrica con lo subalterno. Políticas de afinidad y solidaridades situadas reorientan esta relación, que desdibuja la división entre el conocimiento teórico y el conocimiento empírico con y sobre los movimientos sociales. Este artículo reflexiona sobre la producción de una identidad académica activista como tercer espacio, a partir del estudio sobre el movimiento estudiantil chileno, y considera las potencialidades, límites y desafíos de esta identidad como práctica de transformación colectiva.