Descripción
El autor, un gran creador de arquitectura española de la 2ª mitad del siglo XX, profesor emérito y además,notable restaurador de obras monumentales de su país, Antonio Fernández Alba, se inclina en este texto sobreuno de los temas que, en una u otra forma, ha tratado a lo largo de su prolongado quehacer profesional. Eldestino y los avatares de la ciudad como patrimonio. Su visión no es la del especialista sino del cirujano crítico,disecando el proceso histórico-político según el cual, para eclipsar los “caducos estilos” heredados del siglo XIX,las vanguardias arquitectónicas se institucionalizaron gradualmente en taxonomías del estado burocrático ocrudos totalitarismos ideológicos. Las nuevas formas funcionales se alejaban de una presunta “forma histórica”y su cometido conservador, pero irónicamente, han terminado, ellas también, siendo a su vez, piezas de museo.Las nuevas nociones de emancipación, utopía y transgresión vinieron a dominar , al final del siglo XX, el panoramade la ciudad. Lo ideal propuesto era, por naturaleza emancipatorio, y para lograrlo había que proponerutopías, todas las cuales resultaron fracasos o despropósitos. Las vanguardias formales, a su vez, se ocuparon detransgredir, mediante sus propuestas arquitectónicas, el ambiente urbano y la conciencia ciudadana.La ciudad patrimonial, es decir, aquella de la memoria, según Fernández Alba, “ha terminado siendo el escudoprotector de nuestro espíritu, porque la ciudad industrial ya consumada había colonizado nuestro cuerpo y robotizadonuestras almas”. El autor se refiere con ominoso brillo a la globalización de la patología urbana y al inquietanteabandono de la ciudad del pasado