En el análisis de los mecanismos de la culpa y la vergüenza, se logra una ampliación de la perspectiva cuando la filosofía de la mente se expresa en términos éticos. Bernard Williams realiza el examen de ambas emociones morales de esta forma, lo que nos permite insertarlas en el proceso deliberativo, pensar cómo ocurre la formación de los contenidos que hay en ellas y comprender su relación con la necesidad práctica. Propongo una lectura crítica de algunas de las conclusiones a las que este autor llega y planteo una serie de modificaciones a su proyecto por las implicaciones éticas que estas tendrían especialmente en la relación del sujeto agresor con su víctima.