La tierra es uno de los principales factores de producción y sigue siendo uno de los elementos más relevantes para el desarrollo de las naciones y las economías modernas (Gómez, 2011). Adicionalmente, también es posible indicar que las instituciones juegan un papel imprescindible en la conducción de aquellas estrategias empleadas por algunos países alrededor del globo, que lograron tener un desarrollo en materia agraria y en materia económica. Ejemplos de casos exitosos, en los que se combina el aprovechamiento de la tierra y el fortalecimiento de las instituciones, se encuentran en el continente asiático. Para mencionar algunos, están Corea del Sur, Taiwán y Singapur, países que a través de reformas y planes estratégicos consolidaron un crecimiento que se convertiría en referente en regiones como América Latina.
Al revisar el proceso de Corea del Sur se encuentra que en la primera mitad del siglo XX, tenía niveles de crecimiento muy similares a los que registraba Colombia para la misma época. No obstante, las décadas siguientes serían testigo de un distanciamiento tan grande que el país asiático dejaría rezagado al sudamericano por un amplio margen. Es durante estos años, que el Estado surcoreano pasa a ser uno de los referentes más importantes en materia de desarrollo y comienza a ser considerado como el “milagro asiático”, al lograr consolidar un crecimiento económico importante y desarrollarse en sectores como el agrícola e industrial, en muy poco tiempo. A su vez, Colombia continuó en la categoría de estado subdesarrollado1, ya que no logró adelantar las transformaciones necesarias en ciertos sectores de su economía, como el agrícola, para seguir el ritmo de crecimiento del Estado asiático y así alcanzar un desarrollo importante.
Así las cosas, el objetivo de esta investigación es revisar y analizar el desarrollo de Corea del Sur a partir de la contribución de la política de reforma agraria de 1950 y de la estrategia rural Saemaul Undong de 1970, e identificar las lecciones que puede aprender Colombia para mejorar el diseño de su política agraria y por ende consolidar su índices de crecimiento.