En la coyuntura actual del posconflicto se debe repensar el papel y el compromiso de la educación como acto político fundamental y, dentro del marco educativo, la responsabilidad de las Ciencias Sociales en la construcción de una nueva sociedad incluyente, democrática y participativa.
Este trabajo invita a una reflexión sobre la importancia de transformar las clases de historia de la escuela secundaria en un espacio para reconstruir la Memoria Histórica desde una mirada ética y colectiva, que provea las herramientas necesarias para que los jóvenes comprendan la importancia del reconocimiento del Otro, y se asuman como miembros activos de una ciudadanía nacional y mundial, en la que las capacidades de existir en comunidad sean la fuente de la transformación política y social.
Esta propuesta no pretende ser un proyecto didáctico sino un método de trabajo basado en la Memoria Histórica, la ética y la formación ciudadana, que tiene en cuenta que la mirada democrática obliga a la construcción pedagógica diversa.