El fenómeno de la pobreza es un problema tan viejo como la humanidad misma, pero no fue sino hasta mediados del siglo pasado que los gobiernos y las organizaciones sociales empezaron a buscar en la academia, en específico en las ciencias sociales, apoyo para encontrar soluciones concretas y eficaces a esta situación. Esta responsabilidad no puede ser obviada por la comunicación social en su quehacer, mucho menos cuando se ha preocupado por entender la manera en que los seres humanos se desenvuelven en un entorno toda vez que es mediado por el lenguaje