La formación del ser humano es un tema fundamental en el pensamiento de San Agustín. En sus primeras obras se destacan las referencias a las artes liberales y en particular al diálogo como vehículo privilegiado en el proceso educativo. El De Ordine representa un claro ejemplo de este interés y de la apropiación agustiniana del diálogo como ejercicio filosófico, el cual tiene el doble propósito de llevar a sus interlocutores a la verdad y de introducir al lector en esta misma dinámica.