Descrição
Cuando se habla del papel de las víctimas en general, se está abordando un tema tan antiguo como la propia humanidad. El origen del derecho penal se basa en la reacción o venganza privada de la víctima o de sus familiares sobre el delincuente, haciendo justicia con sus propias manos desencadenándose reacciones violentas sobre éste, siendo la víctima el protagonista central del drama. Las leyes taliónicas y la compensación, sea mediante dinero u otra clase de bienes, fueron los mecanismos gracias a los cuales la humanidad fue progresando lentamente de un sistema de venganza privada al de la justicia pública .
La declinación de la víctima guarda un estrecho paralelismo con el nacimiento y consolidación del propio Estado, quien monopoliza la reacción penal a través del ius puniendi apropiándose del conflicto de la víctima; por otra parte, el proceso penal como institución pública y el desarrollo de la noción del bien jurídico, ya no es la violación o lesión que la víctima ha sufrido, sino un bien jurídico abstracto que ha sido violado por el acto delictuoso, contribuyen a distanciar más a la víctima del centro de interés, neutralizándola y separando a ésta de su posición natural junto al criminal.
Con la idea de "Resocialización" el delincuente ocupa el primer plano en el ámbito del derecho penal y el papel de la víctima se reduce casi exclusivamente a un medio de información, después su presencia es innecesaria para el sistema.
Por su parte, el estudio de la víctima se inicia bajo el positivismo criminológico, pero en forma intermitente ya que centró su interés en la figura del delincuente. Esta tendencia de prestar mayor atención al infractor responde a los mecanismos sociales y psicoanalíticos de proyección e identificación, ya que éste representa un sustancial atractivo para la sociedad, nadie desea identificarse con la víctima.
Posteriormente, esta tendencia es fortalecida por la idea de los Derechos Humanos que en principio casi no se nota que la víctima también es titular de estos Derechos. El interés por la víctima como objeto de estudio criminológicos y su aproximación científica con la elaboración de una Teoría sobre la Víctima, es un fenómeno reciente que tiene lugar a partir de la Segunda Guerra Mundial respondiendo a una pluralidad de circunstancias, partiendo de las obras de Von Hentig y Mendelsohn, y otros pioneros hasta los movimientos feministas que jugaron un papel decisivo al llamar la atención sobre la violencia dirigida contra la mujer.
Así se ha podido decir que la víctima es el "Gran personaje olvidado" (Shaplan) tanto a nivel teórico en la criminología general que fundamentó sus estudios en el hecho criminal, específicamente tratando de explicar el delito a partir de su autor: el delincuente es estudiado, examinado, protegido, tratado, explicado, clasificado, sin embargo, a la víctima escasamente se le menciona, no hay un reconocimiento especial de sus derechos y la necesidad de reparación del daño sufrido por ésta, apareciendo en el drama del delito tan sólo como un testigo silencioso, marginada y desamparada lo cual representa una sobrevictimización.
En las últimas décadas esa focalización en la persona del delincuente ha motivado el traslado gradual al hecho delictivo y a sus protagonistas: "El Delincuente y su Víctima" y un tercero eventual "Los posibles espectadores".
De esta manera se da un resurgimiento de las víctimas y formación de una nueva disciplina científica: LA VICTIMOLOGIA tratando de definir su propia identidad y sus límites, crear su terminología propia y en definitiva, ocupar un lugar entre el conjunto de disciplinas ya establecidas a lo largo de los años setenta. Su fase de consolidación se inicia con la celebración del I Simposio Internacional de Victimología (Jerusalén 1973) donde se definió como "El estudio científico de las víctimas". De esta manera observamos que hay una convicción creciente que la víctima necesita protección dentro y fuera del sistema penal.
Junto a esta Victimología originaria que sigue sus estudios e investigaciones para descubrir rasgos (estilo de vida) de las personas víctimas, colocándola como coprotagonista del hecho delictivo, surge en la década de los ochenta una nueva Victimología que se preocupa por los derechos y necesidades de las víctimas y su sensibilidad por no contraponer los derechos de ésta, con los del delincuente.