Descripción
El autor recupera la raigambre del martirio en la tradición cristiana, y la memoria histórica del martirio de Mons. Romero, Rutilio Grande, y los mártires de la UCA; trata también el sentido y la actualidad del martirio. El autor dice lo siguiente; “Decía Santo Tomás de Aquino que Dios da la gracia a los mártires de permanecer firmemente en la verdad y en la justicia contra el ímpetu del perseguidor. Los jesuitas y sus dos compañeras de martirio permanecieron en esa actitud hasta el último momento. Quienes vimos a Elba Ramos acribillada a balazos en el suelo, y tratando de defender con su cuerpo a su hija, asesinada a su lado, vimos en esta mujer salvadoreña la actitud de la persona que se mantiene hasta el final en el deseo de proteger por amor a los más débiles. La misma actitud que nuestros ‘mártires políticos’, que en tiempos de guerra y opresión entendieron que el mejor servicio que podían realizar era el de luchar intensamente por ‘bajar de sus cruces al pueblo crucificado’. Una manera real de unirse a la dinámica encarnacional del Señor, a su ‘kénosis’, hasta fundirse plenamente en la cruz con los crucificados de este mundo. Y una llamada permanente a servir y amar a las víctimas de la actualidad con la misma energía personal, intelectual y solidaria”.