El autor analiza la experiencia espiritual en un horizonte cultural pluralista. Estructura su reflexión en tres partes principales: “La primera se refiere a las patologías de la espiritualidad. La segunda analiza el fenómeno de la diversidad religiosa y cultural como un hecho, como una necesidad y como riqueza de lo humano que debe potenciarse. La tercera es la propuesta de un nuevo paradigma de espiritualidad que presenta cuatro características: inter-culturalidad, inter-identidad, inter-espiritualidad e inter-liberación. Comienzo con una breve introducción sobre la espiritualidad como dimensión fundamental del ser humano y su relación otras dimensiones”.